NUESTRA HISTORIA
Celebrando 58 Años
Era el 20 de julio de 1964 cuando el Señor se reunió a dos personas en el campamento cristiano Monte Sion, en Guatemala: John Shackelford, fundador del campamento y Don Weisbrod, un estudiante universitario. Ambos tenían el mismo interés de ayudar a los muchachos de 10 a 14 años de manera integral. John animó a Don para que diseñara un programa que cubriera las necesidades de los adolescentes. Don empezó el trabajo utilizando sus muchas experiencias en organizaciones para adolescentes y basándolo en el texto bíblico de Mateo 22:37-39. John propuso el nombre "Icthus".
En los meses y años siguientes más personas les dieron sus ideas para mejorar el Programa Legión. Por ejemplo Bob Thorp quien propuso la idea de basarlo en la armadura de Dios, Gilo Méndez quien fue el primer guía y ayudó a desarrollar muchas actividades y planes, Tom Gyori, que mejoró los fundamentos educativos y dio la idea del OCEPEO, Yolanda Franco quien ayudó con materiales para muchachas, Nohemí Palacios, primera guía de muchachas, Samuel Mejía, quien desarrolló el saludo Icthus, y muchos más.
En el transcurrir de los años, Dios fue trayendo a muchas personas para enriquecer y fortalecer el ministerio. Algunas de ellas brindaban sus ideas, otras apoyo económico, otras donaban sus habilidades. Por supuesto, todos y cada uno de ellos oraban para que el ministerio fuera más efectivo para alcanzar adolescentes para Cristo.
En 1974, después de casi 10 años probando los materiales e ideas, Don, Gilo y Tom terminaron de escribir los manuales, y publicaron el primer juego completo. También ellos empezaron un comité nacional en Guatemala. En 1978 Julio Paz fue invitado a ser el primer director. El había sido uno de los muchachos en el primer grupo piloto y después fue guía. El Señor plantó Icthus en Iglesias de varias denominaciones en Guatemala, México, Colombia, Honduras y otros países.
Después de Legión, otros programas fueron desarrollados:
1. Como respuesta a la necesidad de atender a los hermanos pequeños de los legionarios, se inicia en la década de los 80 la creación de los manuales para Benjamín, siendo sus precursores Mateo González en Honduras y Julio Paz en Guatemala.
2. En la década de los 90 como respuesta a las Iglesias que querían suplir las necesidades de los adolescentes mayores, se inicia el desarrollo de Icthus Juvenil, siendo los precursores Ricardo Villafaña, Julio Paz, Silvia de García y Salomón Medina.
3. En el 2002, se desarrolla el programa Pececito, para niños de 4 a 6 años, por un equipo de trabajo encabezado por Mateo González y Salomón Medina.
4. Durante todos los años de trabajar con niños, se notó la importancia de dar ayudar a los padres y madres en casa. Esto dio origen a Icthus Shalom en 2006 que es el programa que capacita a los padres para atender de una manera mejor a sus hijos.
5. El programa fue desarrollado por Mateo González, Julio Paz y Don Weisbrod utilizando videos y materiales disponibles.
6. En 2011 como resultado del Congreso Internacional de líderes Icthus Mato González empezó con una comisión a trabajar en Héroes de la Biblia para reemplazar el programa Benjamín.
7. En 2014 empezamos Icthus Proximo, una nueva manera para extender Icthus a mas iglesias en Colombia.
8. En Julio 2018 en el Congreso Internacional en Medellin compartimos los resultados de Icthus Proximo con todos los paises y trabajamos en la revision de Icthus Juvenil.
Durante todos estos años miles de personas trabajaron como guías en el desarrollo de los muchachos, que calculamos ahora sería casi 100,000. La historia de Icthus está llena de creatividad y sacrificio de parte de mucha gente comprometida que ha sido guiada por el Señor para ayudar a los muchachos. Icthus es una verdadera familia internacional de creyentes, cada uno haciendo lo que puede para alcanzar la meta de ayudar a que los niños y niñas conozcan a Dios. La historia de Icthus podría llenar muchos libros, pero no se ha terminado aun, porque nuevos hermanos y hermanas se unen, y cada persona añade su parte para ayudar a los muchachos y muchachas. Le invitamos a ser parte de la Familia Internacional de Icthus. Nuestro deseo y oración es que su parte en la historia sea fructífera, satisfactoria y de honra a Dios.
La Chispa que Empezó Icthus
por Don Weisbrod
El mes de julio es especial para Icthus y para mí en lo personal. Hace cuarenta y nueve años una chispa encendió este Ministerio y ha llegado a más de 100.000 niños, muchachos, jóvenes, y padres. Recuerdo ese día, el 20 de julio de 1964, vívidamente.
Yo estaba sirviendo como misionero a corto plazo durante el verano de 1964, enviado por la Primera Iglesia Presbiteriana de San Diego, California. Estaba bajo la dirección del misionero John Shackelford en el Campamento Cristiano Monte Sion en Guatemala.
La chispa: Un día le pregunté a John qué podía hacer para mejor ayudarle durante el verano. . Al día siguiente, 20 de julio, dijo, "Don, ¿por qué no usas la experiencia que has tenido con los muchachos escouts y en escuela dominical para iniciar un programa de tipo club cristiano, para los muchachos?" ¿Cuántas veces has recibido sugerencias de otros... cosas que según ellos, tú deberías de hacer? Si eres como yo, ¡Las sugerencias son innumerables! Sin embargo, el problema es que no importa lo bueno que sean, no puedes hacer todo lo que otros recomiendan.
Pero la recomendación de John era diferente. Verás, tuve una imagen vívida en mi mente de la necesidad de los muchachos para una mejor educación cristiana.
La imagen: La imagen en mi mente salió de una excursión corta en la que John me llevó, junto con un pequeño grupo de misioneros a corto plazo que estaban ayudando en el campamento. Fuimos a una humilde iglesia en el pueblo de Amatitlán, a poca distancia.
Cuando llegamos, me sorprendí por la triste escuela dominical de los niños. Treinta y tantos niños, adolescentes y jóvenes estaban juntos sentados en el piso, llenando una sala pequeña y oscura. Miraban a la maestra quien estaba compartiendo con dificultad un sermón aburrido. Los muchachos estaban bostezando, mirando al techo y molestándose unos a otros. Eran cautelosos con sus distracciones... porque había un hombre al lado con un palo largo, que no tan cautelosamente, solía recordar a los niños a prestar atención.
Esta experiencia despertó en mí un profundo deseo de hacer algo. Seguramente la iglesia podía ser más interesante y más relevante para los muchachos. Pero ¿qué puedo hacer yo al respecto? ¿Qué podría hacer un estudiante sin experiencia, y que no hablaba español?
El resultado: cuando Juan me dio el reto quedó muy claro que podría hacer algo y sentí que esto era la razón por qué el Señor me había enviado a Guatemala. Inmediatamente le dije a Juan, "Sí". Desde entonces el reto de Juan y la imagen de los niños en la escuela dominical en el pueblo de Amatitlán han sido una motivación constante.
Pero aún más emocionante es ver cómo la idea de John no detuvo allí. A través de los años el Señor ha traído a gente como tú en muchos países para formar la familia Icthus. Es una familia que está llevando este importante reto de utilizar nuestra experiencia, capacidad y recursos para hacer ministerio entre la gente joven.
Muchas gracias por tu participación en la familia internacional de Icthus. Espero que sigas adelante en el ministerio que Dios te ha dado para que más niños tengan el gozo de participar en un grupo Icthus.
Dios te bendiga,
COMO INICIÓ ICTHUS
Por el Rev. John Shackelford
Quiero contar un poquito de la historia de Icthus como yo la recuerdo. El autor realmente es Dios, y nosotros solo fuimos herramientas en Sus manos. Estoy agradecido por Don Weisbrod y la forma tan bella y entusiasta en la que él respondió ese verano de 1964 en el Campamento Cristiano Monte Sión en Guatemala. Me impresiona la forma maravillosa en la que Dios ha bendecido y prosperado las ideas y preocupación por la juventud en América Latina. También me impresiona la forma en la que Don tomó la idea, buscó líderes en el mundo hispano y desarrolló un programa que ha sido responsable de ganar tantos jóvenes para Cristo en América Latina. El crecimiento espiritual de tantos jóvenes en América Latina es una gran bendición de Dios.
Cuando Don pasó el verano en Monte Sión, no estaba contento con el trabajo rutinario que le di, y nos pidió que le diéramos un trabajo que lo llenara y al que pudiera dedicar todo de sí durante ese verano. Cuando hablamos de su trasfondo y experiencia, me di cuenta que era un Boy Scout veterano y participó en muchas otras actividades para adolescentes y que podíamos usar eso como fondo para un nuevo programa para adolescentes de la iglesia.
Había tantísima necesidad de tener un programa que fuera interesante, que llenara necesidades, que fuera evangelísitico y que sirviera a otros. En mi mente el Señor sembró la idea de tener un manual paso por paso como el de los Scouts, que guiara a los miembros a tomar la decisión personal de recibir a Cristo y ayudara en su crecimiento espiritual a través de los años. En esa forma los jóvenes podían graduarse y pasar a otros programas y actividades para mayores que llenaran las necesidades e intereses de los jóvenes más maduros en la iglesia. En nuestras pláticas, el Señor nos dio el concepto de "YO SOY TERCERO" y también el nombre Icthus.
Con todo esto Don desarrolló en el programa que hoy conocemos como Icthus. Le di a Don la máquina de escribir electrónica de Monte Sión en calidad de préstamo, y algo de papel con el membrete del campamento para que escribiera sus ideas y las pusiera a trabajar. Los archivos de la oficina quizá aun tengan la declaración de propósito de qué debe ser Icthus.
Agradezco a Dios por la visión y respuesta de Don hacia el impulso del Espíritu Santo de crear un programa que fuera específico para los adolescentes en América Latina.
Gilo Mendez
Participar en el nacimiento, formación y crecimiento de Legiones Icthus fue una experiencia enriquecedora. Dimos lo que pudimos y lo que teníamos a esas alturas temporales y recibimos de todo. En mi caso participativo, nunca podría reducir las cosas a narrar cómo en equipo escribimos, (redactamos) y se publicaron los primeros materiales. Eso ocurrió pero no precisamente en el principio.
En los comienzos fue para mí la experiencia de ingresar a un campo (laboratorio) de experimentación (no de concentración) haciendo de guía de aquellos veinte a treinta díscolos y variados muchachos descalzos, con tantos matices, peculiaridades y caracteres, que respondieron, con entusiasmo, a la “tentación”, más que a la invitación, de enrolarse en una aventura de lo desconocido. Nunca conocí la indiferencia entre ellos.
Y digo aventura, porque ¿qué sabíamos nosotros y ellos lo que era y sería Icthus en aquellos rincones geográficos de Guatemala? Nada. Hasta la palabra-núcleo era totalmente extraña a nuestra mente. Y, sin embargo, me enrolé como guía, con mis ayudantes y la primera pandilla que luego fue llamada legión. Y así se inició la experiencia formativa, de aprendizaje y crecimiento por la vía de la práctica, a la luz del texto (Ef. 6:13-18) y a la par de otros hermanos y hermanas que desde su perspectiva fueron dando y dándose
-Ser parte de esta familia fue vivir la experiencia de la diversidad del reino de Dios. Un don, en cuya tarea desde sus comienzos se embarcó este ministerio. Hay mucha historia. Este solamente es el recuerdo de una experiencia vivida.
Hermenegildo (Gilo) Méndez
Norma Yolanda Franco Krueger
La belleza del programa Icthus es que se aplica a los jóvenes y adultos por igual. Durante los años 60 cuando yo era joven, tuve la oportunidad de participar en el equipo que hizo realidad este programa. La visión: Equipar a los jóvenes y niños con una base cristiana sólida en la armadura de Dios, al mismo tiempo que se divertían, aprendían habilidades y socializaban.
Estoy segura que muchos de los que han pasado por el programa recuerdan las piezas de la armadura al enfrentar las batallas de la vida. Las enseñanzas de la armadura son hasta la fecha las bases de mi caminar cristiano. Estoy emocionada de que el programa tenga ahora 48 años y estoy feliz de saber que el trabajo duro, con la guía de Dios, ha sido una bendición para muchos jóvenes y adultos en América Latina. (Yolanda es una de las fundadoras de Icthus, vive en Nueva York)
EL HIMNO ICTHUS por Leonel Ramos
En la década de los años 70, el Hermano Gilo Méndez fue inspirado por el Señor para escribir la letra para que el movimiento de Legiones Icthus Internacional contara con un himno pero por alguna razón no se animó a hacerle la música. Posiblemente por alguna habilidad heredada porque mi padre era músico profesional y básicamente por inspiración del Señor yo había estado creado algunos cantos para Icthus por lo que Gilo con el aval de los otros hermanos fundadores del Programa me pidieron que le hiciera la música, pasé varios días y noches pensando y tarareando algunas posibilidades de melodía hasta que por fin logré una, la grabé en una cinta o cassette porque era difícil para mí escribirla no siendo músico y se la entregué al hermano Gilo, luego le pidieron a la hermana Alma de Recinos que escribiera la melodía en un pentagrama y le hiciera el arreglo musical y es así como desde entonces tenemos un hermoso himno para la gloria de Dios. Hugo Leonel Ramos Valdez
Una Refleccion de Un Joven Viejo
Fui un joven misionero, apenas en mi tercer año de servició, cuando la Iglesia Nacional Presbiteriana measignó la tarea de servir como aconsejador para la juventud de esa iglesia. La pimera cosa que yo observí fue la rigidez del programa juvenil en la iglesia. Toda enseñanza serió el patrón del culto, es decir con el enfoque en la predicación. No importaba si se fue en la escuela dominical, en una reunión de la sociedad juvenil o en una actividad social, cada actividad incluya la predicación con los miembros sentados callados escuchando.
En otras palabras el patrón impuesto sobre ellos fue muy rígida sin actividades apropiadas para las distintas edades con una dinámica que involucrara todos los participantes y retándoles a utilizar sus dones y su inteligencia propia.
En eso llegó Don Weisbrod a Guatemala con su experiencia con los Boy Scouts. El trajo con sigo un nuevo patrón de actividades basadas en la Biblia pero realizados por medio de distintas actividades que involucró cada muchacho. Eso fue revolucionario y muy efectivo en alcanzar la entusiasta participación de la juventud comenzando con los intermedios y después alcanzando otras edades.
Eso fue el comienzo. Pero lo que me impresiona mas es la manera en que Dios ha tocado las vidas de miles de personas en una forma u otra para elaborar y participar en un programa que es muy particularmente un programa latinoamericano y no simplemente algo transplantado de los Estados Unidos.
La Chispa que Empezó Icthus
por Don Weisbrod
El mes de julio es especial para Icthus y para mí en lo personal. Hace cuarenta y nueve años una chispa encendió este Ministerio y ha llegado a más de 100.000 niños, muchachos, jóvenes, y padres. Recuerdo ese día, el 20 de julio de 1964, vívidamente.
Yo estaba sirviendo como misionero a corto plazo durante el verano de 1964, enviado por la Primera Iglesia Presbiteriana de San Diego, California. Estaba bajo la dirección del misionero John Shackelford en el Campamento Cristiano Monte Sion en Guatemala.
La chispa: Un día le pregunté a John qué podía hacer para mejor ayudarle durante el verano. . Al día siguiente, 20 de julio, dijo, "Don, ¿por qué no usas la experiencia que has tenido con los muchachos escouts y en escuela dominical para iniciar un programa de tipo club cristiano, para los muchachos?" ¿Cuántas veces has recibido sugerencias de otros... cosas que según ellos, tú deberías de hacer? Si eres como yo, ¡Las sugerencias son innumerables! Sin embargo, el problema es que no importa lo bueno que sean, no puedes hacer todo lo que otros recomiendan.
Pero la recomendación de John era diferente. Verás, tuve una imagen vívida en mi mente de la necesidad de los muchachos para una mejor educación cristiana.
La imagen: La imagen en mi mente salió de una excursión corta en la que John me llevó, junto con un pequeño grupo de misioneros a corto plazo que estaban ayudando en el campamento. Fuimos a una humilde iglesia en el pueblo de Amatitlán, a poca distancia.
Cuando llegamos, me sorprendí por la triste escuela dominical de los niños. Treinta y tantos niños, adolescentes y jóvenes estaban juntos sentados en el piso, llenando una sala pequeña y oscura. Miraban a la maestra quien estaba compartiendo con dificultad un sermón aburrido. Los muchachos estaban bostezando, mirando al techo y molestándose unos a otros. Eran cautelosos con sus distracciones... porque había un hombre al lado con un palo largo, que no tan cautelosamente, solía recordar a los niños a prestar atención.
Esta experiencia despertó en mí un profundo deseo de hacer algo. Seguramente la iglesia podía ser más interesante y más relevante para los muchachos. Pero ¿qué puedo hacer yo al respecto? ¿Qué podría hacer un estudiante sin experiencia, y que no hablaba español?
El resultado: cuando Juan me dio el reto quedó muy claro que podría hacer algo y sentí que esto era la razón por qué el Señor me había enviado a Guatemala. Inmediatamente le dije a Juan, "Sí". Desde entonces el reto de Juan y la imagen de los niños en la escuela dominical en el pueblo de Amatitlán han sido una motivación constante.
Pero aún más emocionante es ver cómo la idea de John no detuvo allí. A través de los años el Señor ha traído a gente como tú en muchos países para formar la familia Icthus. Es una familia que está llevando este importante reto de utilizar nuestra experiencia, capacidad y recursos para hacer ministerio entre la gente joven.
Muchas gracias por tu participación en la familia internacional de Icthus. Espero que sigas adelante en el ministerio que Dios te ha dado para que más niños tengan el gozo de participar en un grupo Icthus.
Dios te bendiga,